(Manifiesto del CIRCULO PODEMOS DE LA RODA DE ALBACETE ante el incumplimiento sistemático de nuestro Ayuntamiento de la Ley de Memoria Histórica).
Jueves
21 de Agosto de 2014, La Roda
ha sido noticia a nivel nacional como un municipio que
incumple la ley de memoria histórica, manteniendo numerosos símbolos
franquistas en nuestro pueblo, desde el circulo Podemos de La Roda
queremos reivindicar la supresión de estos simbolos de nuestro
municipio que vienen a enaltacer a un régimen como el de Franco.
El mantenimiento de estos simbolos que entendemos como una falta de
condena a la dictadura de Franco es el reflejo de una democracia
incompleta, ¿por qué?
No hay una democracia
completa cuando una parte de la ciudadanía sigue manteniendo su
reconocimiento a un régimen como el franquista que, tal y como
ha señalado el profesor Malefakis, catedrático de Historia
Contemporánea de Europa de la Universidad de Columbia, fue una de
las dictaduras más sangrientas que se han vivido en Europa
occidental durante el siglo XX, que asesinó en tiempo de paz a más
personas que la dictadura fascista italiana (en una relación nada
menos que de 10.000 a 1), y encarceló proporcionalmente a más
personas, también en tiempo de paz, que la dictadura alemana en su
período de no guerra. Estos datos, poco conocidos y/o reconocidos en
nuestro país, son ampliamente conocidos fuera de España.
No hay una democracia
completa cuando la reconciliación española se ha basado en una
amnesia colectiva de lo ocurrido en el régimen franquista,
favorecido y fomentado por una derecha, incapaz de condenar al
régimen, y todo a pesar de que los representantes de los vencidos y
luchadores franquistas aprobaron la Ley de Amnistía, con gran
generosidad por su parte; pero tal generosidad no puede extenderse
para que cubra no sólo la amnistía, sino también la amnesia
colectiva, en realidad, durante la dictadura –en tiempos de
paz- hubo miles de desaparecidos políticos, que todavía no constan
como tales y cuyo paradero se desconoce. Lo que explica esa amnesia
fue el gran dominio de la derecha durante la transición en los
aparatos del Estado y en los medios de información y persuasión,
que forzaron tal amnesia en la cultura mediática y política del
país. Es más, tanto el Ejército como otros poderes fácticos
—desde la Iglesia al empresariado— seguían siendo enormemente
fuertes y las izquierdas estaban temerosas de enfrentarse a ellos.
Consideramos que la
reconciliación basada en el olvido ha sido no sólo un gran
error político de la izquierda en nuestro país, sino también una
gran injusticia para todos aquellos, los vencidos de la Guerra Civil
y los luchadores antifranquistas, cuya lucha por la democracia ha
sido olvidada y que se están muriendo sin que el país les haya dado
las gracias, rindiéndoles el honor, agradecimiento y
reconocimiento que se merecen. Ese olvido se ha convertido en la
continuación de su derrota durante la Guerra Civil, puesto que
mientras la dictadura significó una represión brutal, la democracia
ha significado la continuación de su marginación y falta de
reconocimiento, perpetuándose así una gran injusticia sobre la cual
se construyó la transición y se ha ido construyendo nuestra
democracia. Pero como señalaba el arzobispo Desmond Tutu, premio
Nobel de la Paz y promotor de la Comisión de la Verdad (que analizó
lo ocurrido durante el odiado régimen del apartheid de Sudáfrica),
«la democracia no puede ser estable cuando se basa en la
injusticia reproducida en el olvido». Y el olvido de nuestro
pasado ha sido una enorme injusticia; podríamos entender ese afán
de olvidar cuando ambos bandos hubiesen tenido la misma
responsabilidad en lo ocurrido, pero un bando luchó para destruir la
democracia y el otro luchó para instaurarla. La gran mayoría de los
perdedores de la Guerra Civil pedían el establecimiento de un
sistema democrático, no así el bando vencedor, que como indicamos
al principio fue una de las dictaduras más sangrientas de la Europa
Occidental del siglo XX.
No hay democracia
completa cuando el Partido Popular no es capaz de condenar el
franquismo como si ha ocurrido en la mayoría de partidos de las
derechas europeas, por ejemplo, la derecha francesa ha condenado el
gobierno de Vichy (excepto el partido de Le Pen), la derecha italiana
ha condenado el régimen fascista (excepto el partido de Fini), la
derecha alemana ha condenado el régimen de Hitler, y así a lo largo
y ancho de toda la UE. La derecha española, sin embargo, nunca ha
condenado el franquismo, régimen aliado de Hitler y Mussolini y
semejante al nazi y al fascista. Es incoherente y contradictorio que
mientras en Europa el representante del PP pidió, con razón, la
condena del PP austríaco por colaborar con el partido
ultraderechista de un dirigente, Haider, que alabó en su día el
régimen de Hitler, en España el PP no haya censurado a figuras
prominentes como su fundador, Manuel Fraga, quien actuó en defensa
del régimen de Franco. En realidad, el PP no sólo no ha censurado
las voces de su partido que apoyan al franquismo, sino que
favorece que tales fuerzas pro franquistas canalicen su voto hacia el
PP, lo cual explica la situación paradójica de que en un país
como el nuestro, donde todavía hay miles de bustos del dictador en
plazas públicas, no haya un partido ultraderechista. Como comentaba
irónicamente el periódico The Guardian (2-12-99), España es el
único país de Europa que no tiene derecha ni ultraderecha. La
diferencia entre Austria y España es que en Austria Haider y sus
seguidores están fuera del PP austríaco y en España están dentro
del PP. Es muy importante para la salud democrática de nuestro
país que la transición se complete y se corrijan los déficits
democráticos, incluyendo la corrección del discurso, cultura y
prácticas políticas para que éstas estén más de acuerdo con el
resto de la UE. Necesitamos una derecha democrática y dialogante que
rompa clara y definitivamente con la ultraderecha y el franquismo,
condenando a ambos.
No hay democracia
completa hasta que el franquismo sea derrotado, y esta derrota
debe venir a través de la condena y repulsa de lo que supuso desde
TODAS las instancias democráticas, y la desaparición de cualquier
símbolo o acto que suponga algún tipo de enaltecimiento, porque no
olvidemos que el franquismo nunca fue derrotado, sino que fue
progresivamente camuflándose y adaptándose a las presiones
internacionales, apareciendo finalmente como un régimen
dulcificado, e incluso como un régimen que hizo mucho bien a
los españoles pero los datos son contundentes y esclarecedores,
España, que en 1936 tenía un nivel de desarrollo económico
semejante al italiano, permaneció estancada económica y socialmente
bajo un régimen dictatorial que mantuvo las desigualdades sociales
más acentuadas de Europa (junto con Grecia y Portugal, que
padecieron regímenes semejantes al franquista durante aquellos
años). En 1975, el año en el que el dictador murió, España
tenía un nivel de riqueza muy inferior al italiano (un 38%
inferior), con el gasto social per cápita, el gasto público
sanitario per cápita, el gasto educativo per cápita y el gasto en
pensiones per cápita más bajos de la Europa occidental (junto con
Grecia y Portugal).
Podríamos dar más
datos, pero estas son razones más que suficientes para que nuestros
dirigentes locales tomen de una vez por todas las decisiones
oportunas, primero para cumplir con la Ley de Memoria Histórica, por
ejemplaridad ante la ciudadanía, pero sobre todo porque ni el
régimen franquista, ni sus inspiradores o ideólogos no se merecen
por sus múltiples incumplimientos de los derechos humanos
tener ningún tipo de reconocimiento en nuestro pueblo; hasta que
esto no se cumpla estaremos en una DEMOCRACIA INCOMPLETA.
NOTA.- Podemos La
Roda, quiere agradecer a Vicenç Navarro López, la
autorización expresa para reproducir total o parcialmente fragmentos
y argumentos de su libro “Bienestar insuficiente, democrácia
incompleta, sobre lo que no se habla en nuestro país.”
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